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Intentando entender el presente con trozos de nuestro pasado

martes, 13 de marzo de 2012

Calle de la Granota


Escrito en los años 80 por Aquell home.

En los últimos años del siglo pasado, fue nombrado alcalde de Badalona el industrial llamado Palay. Durante su gestión municipal, realizó una serie de reformas urbanísticas, pero para poder llevar a cabo la urbanización, se hizo necesario expropiar terrenos de algunos propietarios. Entre los afectados se encontraba el doctor Ribas i Perdigó, quien poseía el terreno donde hoy existe la calle que lleva su nombre.
Mucho antes de la reforma urbanística del alcalde Palay, la calle de la Granota formaba una prolongación con la calle que hoy se llama Sant Pere. Las dos calles llevaban el mismo denominativo: La Granota.
Según dicen, el nombre de la Granota proviene de una antigua casa de agricultores conocida por “Can Granota”. El dueño cultivaba el huerto, y la dueña se dedicaba a hacer meriendas. En las tardes de verano acudían cordeleros, pescadores, albañiles y peones. Allí, bajo la parra, comían sabrosas meriendas regadas con vino de Canyet.
Cuando se empezó a construir la estación y la línea de ferrocarril de Barcelona-Mataró, la cocina de Can Granota funcionó con mucha actividad. Los obreros acudían allí porque estaban a escasa distancia de su lugar de trabajo; y al mismo tiempo por la calidad de sus comidas. Al cabo de pocos meses, la buena gastronomía de Can Granota, llegó a adquirir un prestigio extraordinario. Sin ninguna duda la casa de aquellos agricultores se había convertido en un hostal popular.
La fama gastronómica del hostal se extendió por todas partes. Los carreteros que circulaban por la carretera de Madrid a Francia, al llegar a la altura de la riera de Canyet, se desviaban hacía el hostal de la Granota. A ciertas horas principalmente a mediodía, el comedor resultaba insuficiente, hasta el punto que en ocasiones se organizaban turnos paras sentarse a comer.
Con el trascurso de los años, muy cerca del edificio de la estación de ferrocarril, se trazaron algunas calles, empezando a levantarse casas. En el terreno donde estaba el hostal, quedó seriamente afectado; mejor dicho, sentenciado a morir por el trazado urbanístico. En consecuencia, no tardó mucho tiempo en que las nuevas construcciones hicieron desaparecer el hostal de la Granota por siempre más.
La calle de la Granota, hoy Ribas i Perdigó, sigue paralela con la calle de Sant  Josep. Es una calle que a través de los años no puede decirse que haya hecho un gran papel en la historia de nuestra ciudad. En una palabra, una calle sin tradición legendaria. Esta calle empieza en la calle de la Granota y termina en la riera de Canyet.
As dos calles están entrelazadas por otra más corta y estrecha; la calle de Cortijo. Hace muchos años que los badaloneses la conocen por la calle del Pou y ese nombre es debido porque en la casa número 3 existía un pozo de uso público. Al pie de la puerta, todavía se adivina la abertura del pozo en cuestión.

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